Se dispone de una gran variedad de niveles de blindaje dependiendo básicamente del ambiente a proteger y del riesgo del mismo. Ofrecen resistencia balística de armas de corto y largo alcance.
Gracias a la dureza que aporta el cristal y a la elasticidad del segundo material, el sistema de blindaje puede absorber la energía cinética que libera el impacto de un proyectil. Además, cuando el cristal recibe el impacto, se quiebra, pero las esquirlas quedan adheridas a las capas intermedias, manteniendo así la integridad del conjunto.